Un cliente tóxico es como un parásito que absorbe toda la energía de una empresa
Conseguir nuevos clientes es uno de los objetivos más importantes en cualquier empresa. Sin embargo hay que tener claro que no cualquier cliente va a ser beneficioso para una compañía. Aunque es muy importante que la cartera de clientes vaya creciendo, también lo es que la calidad de éstos sea buena (al igual que en una base de datos como ya comentábamos en otro post: Lo importante no es lo numerosa que es tu base de datos, sino la calidad de los registros).
Existe un tipo de cliente, el cliente tóxico, con el que trabajar supone todo un esfuerzo para la empresa, esfuerzo que no compensa para nada los beneficios que reporta. Hay que saber detectar este tipo de clientes y romper la relación comercial con ellos, para quitarse un peso de encima que lo que hace es entorpecer el ritmo de trabajo de la compañía. Aunque a priori pueda parecer fácil identificarlo, lo cierto es que no es tan sencillo. Los clientes tóxicos tienen habilidad para meterse a la empresa en el bolsillo, y una vez ganada su confianza, se convierten en parásitos que absorben toda la energía de la compañía.
¿Qué características definen a este tipo de clientes?
– Rebaten las tarifas del producto o servicio que desean adquirir
– Ponen en duda la capacidad de la empresa para llevar a cabo correctamente su trabajo.
– Ejercen una presión constante sobre la empresa, lo quieren todo para ayer.
– Pagan tarde e intentan pagar menos del importe acordado.
– Cambian de opinión sobre lo que quieren constantemente.
– Creen que son el único y el mejor cliente y quieren que la empresa esté a su entera disposición.
– Absorben gran parte de la energía y el tiempo de la compañía entorpeciendo su ritmo habitual de trabajo.
Una vez detectado un cliente tóxico, hay que deshacerse de él. Y aunque parezca sencillo no lo es tanto, pues romper la relación con un cliente no es una decisión fácil, a pesar de saber que no compensa tenerlo como tal. Aquí van cincos razones de peso:
1. Aumentarán tus ingresos. Podrás dedicar más tiempo a otros clientes que si son beneficiosos para la empresa.
2. Eliminarás el estrés laboral que supone tener a un cliente de estas características haciendo más agradable la jornada laboral.
3. Mejorarás la experiencia del resto de clientes al poder mejorar tu atención.
4. Podrás abrir la puerta a otros clientes nuevos que sí sean interesantes para la compañía.
5. Mejorará tu imagen empresarial. Mejorando la satisfacción de el resto de clientes también lo hará tu imagen empresarial, pues ellos se encargarán de comunicar su experiencia de compra con tu compañía.
Al igual que en el día a día es completamente necesario alejarse de las personas tóxicas, lo mismo ocurre en el mundo empresarial con los clientes. Este tipo de personalidades no hacen otra cosa sino entorpecer nuestro camino y absorber tiempo que podemos invertir en asuntos mucho más beneficiosos.