Que el cliente no se vaya, depende en parte de lo constantes que seamos
Por sorprendente que pueda parecer, el día de San Valentín se remonta muchos más años atrás de los que algunos imaginamos. Corre la leyenda urbana de que es una excusa más de las grandes superficies en su afán de vender, vender y vender más, sin embargo es necesario viajar en el tiempo hasta el siglo siglo III, en la época de los romanos, para encontrar el germen de tal endulzada fecha. El caso es que el nombramiento del 14 de febrero como día de los enamorados puede que haya que agradecérselo a un sacerdote romano llamado San Valentín que, como hemos dicho vivió en el siglo III. El caso es que el emperador de aquel entonces, Claudio II prohibió el matrimonio entre parejas jóvenes, pues de este modo conseguía soldados más entregados en sus ejércitos, sin ataduras familiares. San Valentín los casaba en secreto, pero finalmente fue descubierto y encarcelado. Finalmente fue ejecutado el 14 de febrero del año 270.
Seguramente este sacerdote no se imaginaría la transcendencia que han alcanzado sus actos. Sin embargo, aquí estamos en el siglo XIX, celebrando algo que de hecho, si viene de perlas a floristerías y pastelerías. Pero vamos a entrar ya en la materia que nos concierne: las parejas que se quieren, lo hacen todo el año, igual que a las empresas que les importan sus clientes lo demuestran en su hacer del día a día.
Más allá de San Valentín, ¿sigue habiendo amor?
¿cuántas veces hemos oído eso de que las parejas que se quieren no se lo demuestran sólo el día de San Valentín?, y es que es una verdad como una casa, así como que las empresas que se preocupan por sus clientes los cuidan a diario y no sólo una vez al año.
Está bien que exista un día “universal” en el que se conmemoren cosas como el amor, pero es que parece que muchas personas sólo se acuerdan de su enamorad@ una vez al año, como algunas empresas sólo se acuerdan de sus clientes una o ninguna. Las parejas que sólo se preocupan el día de San Valentín por el otro, tienen los días más que contados, y lo mismo ocurre en una relación empresa cliente: como no cuidemos la relación día a día, es muy probable que el cliente se busque a “otr@” que lo cuide mejor. Como dice el dicho: “si no cuidas a tu espos@, alguien lo hará”.
Aquí dejamos tres breves consejos si queréis que vuestros clientes sigan con vosotros más allá de San Valentín:
– Escuchar. Éste es uno de los factores más importantes para saber y entender qué esperan y qué desean nuestros clientes. Al igual que en una pareja, escuchar y sentirse escuchado refuerza la confianza y el valor de la pareja.
– Romper la rutina, pero no sólo en San Valentín. La capacidad de sorprender es otro de los aspectos que hacen que un cliente no se canse de nosotros.
– Confianza, estar siempre ahí. Uno de los principales factores que una persona tiene en cuenta para adquirir un servicio o producto, es la certeza de que la empresa no les va a fallar, saber que si tienen algún problema, ésta estará ahí para ayudarles.