Dichos, dimes y diretes
En todos los ámbitos de la sociedad actual nos encontramos con infinidad de frases célebres que nos acompañan en nuestro día a día respecto a qué tenemos que hacer, cómo lo tenemos que hacer,… Frases archiconocidas, si bien unas son más célebres que otras y otras no son más que “dichos, dimes y diretes”.
El mercado empresarial no se libra de ello, como pudimos ver en un post anterior con la frase “vender la burra”. Nos centraremos hoy, no en las frases más célebres de los gurús empresariales que todos queremos ser de mayor, sino en otras frases que nos acompañan en el día a día de la relación comercial y que a más de uno no nos gustaría que realmente lo fueran. Allá vamos:
– “Tengo un presupuesto más económico”:
Autor: Sr. Anónimo
Significado: ésta es, sin duda, la frase de todas las frases. Todo el mundo dice tenerlo, con el único objetivo de apretar las tuercas al vendedor hasta que rebaje hasta el último céntimo del presupuesto presentado. Al final, no nos equivoquemos, esto viene a ser como lo de “el que tiene un tío en Graná” que a la hora de la verdad “ni tiene tío ni tiene nà”.
– “Ya si eso te llamo yo”:
Autor: Sr. Desconocido
Significado: como indica la RAE en su definición del pronombre eso, “usado como sustantivo donde tiene un significado impreciso”. ¿Cuándo has dicho que me vas a llamar? Es decir, sería algo así como que te digo algo si decirte nada. A pesar de parecer “algo imprecisa” esta frase, tiene sin duda una precisión milimétrica y lo que realmente viene a decir es que tu cliente te llamará, aproximadamente, cuando los elefantes vuelen o cuando los sapos bailen flamenco.
– “De momento no. Llámame el año que viene por estas fechas”:
Autor: Sr. Autor de “El Lazarillo de Tormes”.
Significado: ¿El año que viene? ¿Estás seguro? ¿Para qué? Entiendo que si es algo que realmente te va a interesar, serás tú el que te preocuparás de apuntar la fecha en el calendario para volver a contactar y retomar el tema. No hay duda que cuando a alguien le interesa algo, éste se toma las molestias que sean necesarias. Si no, emplazar a alguien para que llame en un año es como invitarle a borrar el número de teléfono de la agenda o a tomar una copa de vino…sin vino.
Frases, dichosas frases, haberlas haylas y cada uno de nosotros tratamos de cobijarnos en aquellas que nos interesan en cada momento. Aquellas que nos hacen ver la vida, como las relaciones comerciales, desde el punto de vista que nos interesa y que nos lleva a ver la botella medio llena o medio vacía.